Ángel Mari Lizarraga (Olejua,
Navarra) compró sus primeras
vacas pirenaicas en la
década de los 70 del pasado
siglo. Hoy, ya jubilado, ayuda
a su hijo Luis Ángel a llevar
adelante una explotación
que, gracias a la exportación
de carne de vacuno de raza
blonda, se ha hecho un hueco
en el mercado de Francia,
Italia y Grecia. |